Redacción. Barcelona
El consejero de Salud, Boi Ruiz, ha confirmado que, en septiembre, será presentada en el Parlamento autonómico un documento de consenso para regular el autoconsumo de cannabis en Cataluña ante la proliferación de clubes que lo proporcionan en los últimos años. El subdirector general de Drogodependencias de la Agencia de Salud Pública, Joan Colom, será quien lo exponga en ese contexto.
Joan Colom.
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En una respuesta parlamentaria, el propio Ruiz ha explicado que el informe regulará el transporte y cultivo así como la organización de los clubes por medio del “máximo consenso” para garantizar el derecho a la salud. El consejero hace referencia a los “diversos modelos organizativos para la gestión de la provisión, la posesión y el consumo de cánnabis” que llevan a cabo los diferentes clubes sociales de esta índole.
Asimismo, ha recordado que Cataluña ha sido pionera y referente en el establecimiento de fórmulas innovadoras que han requerido de un consenso entre los distintos ámbitos competenciales implicados, como ha sido el caso de los programas de intercambio de jeringuillas, así como el de la apertura de salas de venopunción.
El documento que el subdirector general de Drogodependencias de la Agencia de Salud Pública, Joan Colom, llevará a la Cámara catalana es fruto de casi dos años de diálogo y consenso con el sector canábico, entidades y grupos políticos. El presidente del Club de Catadores de Cannabis –primer club canábico de España fundado en 200–, Jaume Prats, ha celebrado que la Administración quiera aportar “seguridad jurídica” a estas actividades.
Ha destacado que las negociaciones llevadas a cabo con los diversos grupos políticos y entidades han generado “muy buena sintonía”, que han aportado un principio de acuerdo generalizado hasta el momento. El documento que Salud ha redactado después de escuchar a todo el sector recoge el espíritu de la evolución de todas las sentencias falladas en España "desde hace mucho tiempo".
Contra el turismo canábico
El borrador prohíbe que los clubs canábicos –en Cataluña se cuentan cerca de 300–puedan hacer publicidad y tener ánimo de lucro, y también prevé que la producción esté bajo el control del consumo y que los clubs eviten el “turismo canábico” por medio de distintas medidas, ha explicado Prats.
En esta línea, ha señalado que el texto recoge que los clientes del club no pueden ser públicos, sino que pueden ser admitidos tras el aval de un amigo ya socio, que en todo el año solo podrá traer una decena de amigos.
Mala praxis
La mala praxis llevada a cabo por algunos clubs de Barcelona, que habían caído en algunas prácticas de publicidad, ha llevado recientemente al Ayuntamiento de Barcelona a suspender la apertura y ampliación de clubs canábicos durante un año. El consistorio ha decidido liderar una regulación de los clubs canábicos –en Barcelona se cuentan unos 200–, lo que Prats ha celebrado por suponer una puesta en escena y un reconocimiento de este hecho. |