Ismael Sánchez / Imagen: Adrián Conde y Pablo Eguizábal. Baiona (Pontevedra).
Galicia es pionera en polemizar sobre uno de los debates del momento en la sanidad. Hace ya dos décadas que los gallegos empezaron a oír hablar de la colaboración público-privada para la gestión de los centros y recursos sanitarios. Desde entonces, los diferentes gobiernos autonómicos liderados por el PP han ido añadiendo iniciativas en este sentido, unas dirigidas a la gestión, otras concebidas para posibilitar la construcción de nuevos centros sanitarios, y ambas fuertemente contestadas por la oposición política. Ahora, con el proyecto de nuevo hospital de Vigo, la polémica está repuntando y de hecho dividiendo al arco parlamentario, según se ha demostrado en el Encuentro de Parlamentarios de Sanidad de Galicia, organizado por Sanitaria 2000 en Baiona (Pontevedra) y patrocinado por Novartis.
Los portavoces sanitarios de los grupos con representación en el Parlamento de Galicia han expuesto sus muy diferentes visiones sobre cómo se tienen que gestionar y construir los centros sanitarios. A un lado, Miguel Ángel Santalices, portavoz del PP, defensor de un modelo innovador, que apueste por la incorporación de tecnología y la optimización de los recursos desde una visión amplia y exenta de prejuicios, en la que la empresa privada tiene un papel dinamizador y posibilitador esencial para la mejora de la sanidad. Al otro, las portavoces del PSdG, AGE y BNG, muy críticas con "el modelo privatizador del PP", defensoras del sistema público exclusivo y partidarias de buscar mejoras respetando la esencia de servicio de la sanidad.
Santalices ha explicado que Galicia apuesta por modificar el enfoque del sistema hacia la atención de crónicos, buscando la seguridad y la agilidad en el ejercicio profesional y cambiando las estructuras actuales de los servicios. Apoyado en un nuevo modelo de hospital, concretado en la experiencia del Complejo Hospitalario Universitario de Ourense, Galicia pretende aprovechar las ventajas de contar con socios tecnológicos privados, que permitan el acceso a nuevos equipamientos en un momento de extremas dificultades presupuestarias para las administraciones públicas.
De izq. a dcha., Eva Solla Fernández, portavoz de AGE; Miguel Ángel Santalices, portavoz del PPdG; Marta Rodríguez Arias, presidenta de la Comisión de Sanidad del Parlamento de Galicia y moderadora de la mesa; María Carmen Acuña, portavoz del PSdG; y María Montserrat Prado, portavoz del BNG.
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Respecto al nuevo hospital de Vigo, el portavoz popular ha subrayado que "estamos construyendo el centro, no presentándolo", en alusión al anterior gobierno bipartito del PSdG y BNG. Basado en el modelo PFI, el nuevo hospital, "que también tiene nombre -Álvaro Cunqueiro-" estará terminado el año que viene gracias a una UTE de empresas que lo construye, obtiene un canon anual de 68,8 millones cuando comience a funcionar y lo devuelve a la Administración sanitaria al cabo de 20 años. "En perfecto estado de revista", según Santalices, partidario de aprovechar las oportunidades que ofrece la colaboración público-privada y "mejorar la sanidad, en vez de quedarnos parados, sin hacer nada, porque no hay fondos disponibles".
"El modelo sanitario del PP se resume en una palabra: fracaso", ha sentenciado la portavoz socialista Carmen Acuña. "El presidente Núñez Feijóo anunció varios nuevos hospitales y 60 centros de salud y hasta ahora no ha logrado cumplir nada". Respecto al hospital de Vigo, ha recordado que el PSdG, cuando estaba en la Xunta, tenía en mente un proyecto de empresa pública que hubiera permitido concluirlo este mismo año. "Ahora está paralizado y destinado al fracaso". Respecto a primaria, ha dicho que el proyecto de nuevos centros ha ido reduciéndose paulatinamente: "Primero anunciaron 60, luego 50, después 29, 19 y ahora estamos en 15". A su juicio, permitir a la privada acceder a la sanidad pública es peligroso: "Estaremos atentos a las posibles irregularidades que podamos detectar".
Para la portavoz de Alternativa Galega de Esquerda (AGE), Eva Solla, "lamentablemente, en Galicia hemos sido pioneros en la privatización de la sanidad, pese a que nuestro sistema era modélico". Haciendo un poco de historia, ha calificado de nefasta la gestión del ex conselleiro Romay, cuya mano derecha era entonces el actual presidente Núñez Feijóo, que fue el que introdujo las nuevas fórmulas de gestión. Respecto al nuevo hospital de Vigo, considera que "nos empezó a salir caro desde el principio y está mostrando ser un negocio ruinoso para la propia UTE que lo construye".
Finalmente, Montserrat Prado, portavoz del BNG, ha definido la colaboración público-privada como "un proceso nada casual, encaminado a desprestigiar el sistema actual, deteriorando su imagen y presentándolo como insostenible. Pero todo es una falsedad". A su juicio, la apuesta del PP "no va a solucionar los problemas de la sanidad gallega, por ejemplo, las listas de espera". Al contrario, "va a generar una merma en la calidad de los servicios y una descapitalización del sistema". Su apuesta se basa en promover una reforma fiscal profunda y en habilitar una banca pública que financie una sanidad universal y gratuita.
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