Redacción. Madrid
Una década de debates ha conducido al fin a la creación de una patente única europea, que ha recibido la aprobación de los ministros de Industria de la Unión Europea y del Parlamento Europeo, si bien no ha contado con el visto bueno de España e Italia, que consideran que discrimina al castellano y al italiano, ya que solo se tramitará en inglés, francés y alemán. “La puerta sigue abierta” para España e Italia, ha dicho de nuevo este lunes el comisario de Mercado Interior, Michel Barnier. “Personalmente, espero y confío en que un día tendremos una patente para toda la Unión”, ha agregado. Y ha dejado claro que las empresas españolas e italianas también tendrán acceso a esta iniciativa. El objetivo de esta iniciativa es reducir en un 80 por ciento el coste para los innovadores.
Michael Barnier.
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La postura del Gobierno español ha sido resumida por el secretario de Estado para la UE, Íñigo Méndez de Vigo, que ha señalado que no existe intención de sumarse a la iniciativa y esperará a conocer la sentencia final del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TUE) antes de decidir sus siguientes pasos. En este sentido, España e Italia presentaron un recurso ante el TUE en el que se sostiene “que hay una discriminación para el español y para el italiano en la decisión tomada y que también el procedimiento no es el adecuado”. El recurso, que fue presentado por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, cuenta con el apoyo del Gobierno actual, ha señalado Méndez de Vigo.
Posible discriminación del castellano
Sin embargo, el abogado general del TUE, Yves Bot, ha pedido desestimar el recurso interpuesto por España e Italia. El dictamen concluye que la posible discriminación del castellano y el italiano esgrimida por ambos gobiernos no puede frenar el lanzamiento de la cooperación reforzada, sino que sólo puede examinarse al final del procedimiento. “Aunque el Consejo haya esbozado efectivamente en la decisión impugnada lo que podría ser el régimen lingüístico de la patente unitaria, la cuestión de dicho régimen lingüístico no es una condición que determine la validez de la decisión de autorización de una cooperación reforzada”, señala el abogado general. “Esta cuestión deberá ser abordada posteriormente y ser objeto de un acto separado adoptado por unanimidad por los Estados miembros participantes. El Tribunal de Justicia podrá realizar un control judicial de ese acto en el contexto de un eventual recurso interpuesto contra el mismo”, prosigue.
Si no hay nuevos tropiezos, la primera patente europea podría concederse en 2014, según las estimaciones de Bruselas. Según los cálculos del Ejecutivo comunitario, el coste de la patente única se reducirá de los actuales 32.000 euros hasta 6.500 euros en el periodo transitorio y menos de 5.000 al final del proceso. Si la patente única se valida también en España e Italia, ello supondría un coste adicional de alrededor de 3.000 euros. El coste de una patente en EEUU es de 2.000 euros y en China de 600 euros.
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