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Lunes, 09 de abril de 2012   |  Número 44
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LA ENTREVISTA
josé martínez olmos, portavoz de sanidad del psoe en el congreso de los diputados
“En el Parlamento sufrimos el ‘rodillo’ de la mayoría del PP”
Advierte de que existe el riesgo de que se "aproveche la crisis para hacer negocio con la sanidad"

Óscar López Alba.
Después de acumular dos legislaturas de experiencias como secretario general de Sanidad en el Ministerio, siendo la mano derecha imprescindible de los cuatro ministros de José Luis Rodríguez Zapatero, José Martínez Olmos ha dado el salto a la oposición como portavoz de Sanidad del PSOE en el Congreso de los Diputados. Se muestra escéptico ante la voluntad de pactos del PP, aunque está dispuesto a dar una oportunidad.

José Martínez Olmos, en la sede de Sanitaria 2000.

¿Cómo es el cambio de secretario general del Ministerio durante tantos años, a ser el portavoz sanitario de la oposición en el Congreso de los Diputados?

Es un aprendizaje ver que se puede ser útil a los ciudadanos también desde la oposición. Y la alternancia también es buena. Ahora tengo otra perspectiva, y pretendo hacer una oposición constructiva. Ahora vivo una situación de mucho trabajo, pero de menos tensión, porque cuando eres gobierno tienes que tener abierto el teléfono las 24 horas.

¿Le puede pesar este pasado ministerial a la hora de hacer oposición o es una ventaja?

Lo que hay que saber es asumir el rol, y el de la oposición, como yo lo entiendo, es ser crítico ofreciendo alternativas. Me parece que haber tenido la experiencia de gobernar tiene sus ventajas, porque sabes las limitaciones que hay para tomar decisiones con recursos limitados. Espero que no sea una carga, porque muchas veces se comenta que hay una especie de síndrome de Estocolmo, porque no te liberas de la responsabilidad. Creo que es bueno que estemos en la oposición quienes gobernamos, y gobernando quienes estuvieron en la oposición.

Ahora además se ha vuelto a reencontrar con Trinidad Jiménez haciendo labores ambos de oposición…

Sí, es una enorme satisfacción, porque con ella trabajé muy bien política y personalmente. Estamos de nuevo embarcados en una estrategia de trabajo conjunto. También está en el grupo parlamentario Leire Pajín, que seguro que alguna iniciativa sanitaria presentará.

¿El perfil de Ana Mato es muy distinto al de los ministros con los que compartió sus años de secretario general?

Yo respeto la decisión del presidente de poner al frente de la Sanidad a quien considere oportuno. Mato es una mujer que tiene una trayectoria política importante, pero la valoraré en función de sus actos. Su trayectoria es respetable, con experiencia política, y que no haya tenido experiencia sanitaria antes no creo que sea un inconveniente. Ojalá pueda continuar y mejorar la labor que nosotros hicimos.

¿Cómo es la transición del Gobierno a la oposición?

¿Qué le parece Mato como ministra de Sanidad?

También se ha reencontrado con Manuel Cervera, con quien coincidió en el Interterritorial, ahora él de portavoz del PP y usted del PSOE. ¿Qué valoración hace de Cervera y del resto de integrantes de la Comisión de Sanidad?

Creo que la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados tiene en las portavocías de los grupos a gente muy experimentada, y creo sinceramente que la Comisión ha ganado en ese sentido en calidad política. La trayectoria de Cervera, con la responsabilidad de gestión de la Comunidad Valenciana como secretario autonómico y como consejero, es buena. Además, él y yo trabajamos bien en la época en la que coincidimos en el Ministerio, especialmente cuando la gripe A. También es importante la presencia de Rosa Díez, porque es importante que haya personas con peso político que se acerquen a la sanidad. También Gaspar Llamazares. Con las reformas que hay que afrontar en el ámbito sanitario es una Comisión que puede aportar mejoras y resolver los problemas que tenemos.

Ha sido secretario con varios ministros, ¿Jiménez ha sido a su juicio la ministra con la que más a gusto ha trabajado en el Ministerio?

Con los cuatro ministros me sentí respaldado, con autonomía, y con cada uno aprendí mucho. Independientemente de eso, es cierto que Trinidad Jiménez generó un consenso político y también con los medios de comunicación. Le tocó lidiar una situación complicada con la pandemia de la gripe A, y también con tomar medidas de control del gasto, y lo hizo bien. Por su manera de ser supo además escuchar lo que le aportábamos desde los niveles técnicos del Ministerio. Por eso creo que ha sido una magnificación decisión por parte de Alfredo Pérez Rubalcaba poner a Jiménez en esta nueva responsabilidad en el partido, y además, como con ella trabajé tan cómodo en el Ministerio, me ha gustado.

Hay algunos temas que quedaron pendientes, como el de la prescripción enfermera, el registro de profesionales, troncalidad, especialidad de urgencias, mestos… ¿Cree que esta legislatura es el momento de culminarlos?

Seguramente sí, todos los ministros tienen alguna aportación. Salgado hizo una buena aportación a la política de salud pública con el tabaco, aunque luego hubo que rematarlo. También hizo buena labor en reproducción humana asistida, dio un impulso a la investigación en tiempos en que habías recursos. Soria trabajó de forma importante mirando al paciente. Lo de Jiménez ya lo hemos comentado. Y Pajín culminó algunos proyectos, como la nueva legislación del tabaco y la nueva Ley General de Salud Pública. Lógicamente, siempre se quedan cosas pendientes. Nosotros culminamos algunas cosas que estaban en marcha de los gobiernos del Partido Popular, y ellos culminará cosas que iniciamos nosotros. Y creo que temas como la troncalidad, la prescripción enfermera o el registro de profesionales se pueden hacer pronto si se aprovechan esos trámites técnicos, independientemente de que el Gobierno quiera cambiar algún aspecto. Sería bueno que no empezara de cero, aunque puede hacerlo. La alternancia en el gobierno no debería significar que hay que empezar todo desde cero. Soy optimista respecto a que lo va a hacer, y acepto que pueda cambiar algo.

En concreto, en cuanto al registro de profesionales, ahora que la mayor parte de las autonomías están gobernadas por el PP, espero que lo resuelvan. Porque fue la falta de colaboración de las administraciones autonómicas gobernadas por el PP la que hizo posible un registro de profesionales. Se les pidió el registro y se les pagó. Hubo un convenio para facilitar la tarea. Al final llegamos a un acuerdo con los profesionales, con los Consejos de Médicos y de Enfermería, y con ese camino avanzado estoy convencido que ahora ya se puede culminar, y contarán con nuestro apoyo, aunque entonces ellos no quisieron colaborar.

¿Y devolvieron el dinero las que no hicieron el registro?

En absoluto, en absoluto. No estoy diciendo que no hicieran el registro, simplemente estoy diciendo que no aportaron los datos.

Troncalidad, registro, prescripción enfermera...

¿Hay 'rodillo' del PP con su mayoría absoluta?

Ha hablado de la mayoría del PP también en el panorama autonómico. ¿Teme el PSOE el denominado ‘rodillo’, en este caso sanitario, de cuando hay mayorías absolutas?

El rodillo lo tenemos y lo vivimos en el parlamento. A nivel institucional lo lógico es que el Consejo Interterritorial logre muchos acuerdos porque gobierno y gran número de administraciones autonómicas son de un mismo partido. Me parece que eso tiene sus ventajas y sus inconvenientes. La ventaja, que es llegar a acuerdos, pues estupendo si se pueden ejecutar. El inconveniente es que se caiga en la tentación de usar solamente lo institucional, cuando hay temas relevantes de la sanidad española que requieren un acuerdo con un partido como el PSOE, que es alternativa real de gobierno. Es importante que no se mire solo al Interterritorial, sino también al parlamento y al PSOE, como grupo mayoritario en la oposición.

¿Uno de esos puntos de acuerdo sería el famoso Pacto por la Sanidad? El otro día se logró un acuerdo promovido por CiU que respaldaron cuatro grupos más y se creó una subcomisión…

Somos escépticos por lo que ha pasado en estos meses de gobierno del Partido Popular. Me preocupa el silencio de la ministra ante los recortes sanitarios. Recortes que no solo preocupan a PSOE, sino al profesional y al ciudadano, como vemos en declaraciones desde la Organización Médica Colegial (OMC) o en las encuestas sociológicas. La preocupación está en la calle y en las consultas. Pero ese escepticismo no me hace perder la esperanza, porque la situación económica hace necesaria esta reforma. La voluntad nuestra sigue siendo la de preservar el Sistema Nacional de Salud, y creo que al Gobierno le vendría bien contar con el respaldo del PSOE. No tiro la toalla, y por eso apoyamos la iniciativa y estamos de lleno implicados en un acuerdo.

¿Puede ir el PP y el PSOE de la mano ‘olvidando’ a otras formaciones con menos representación en el Parlamento? ¿Sería igual de válido y creíble ese Pacto?

Tenemos que tener la ambición de hacer un acuerdo que incluya todos. Esa ambición, estando en la oposición la mantenemos como si estuviéramos en el Gobierno. Eso le daría mucha solidez. Pero si eso no es posible, un acuerdo PP-PSOE no estaría nada mal. La oportunidad y la necesidad son únicas.

¿Pero ese Pacto sería consensuándolo antes o esperando a que llegue el PP con las propuestas?

Es que si el Partido Popular anuncia medidas y lo que pretende es que se las apoyemos, es mucho más difícil alcanzar un pacto. Lo lógico es debatir y discutir sin condiciones previas, y si anuncia medidas ya hay condiciones previas. La respuesta está clara. Es muy posible que sea imposible un acuerdo con condiciones previas. Lo ideal es un diagnóstico común en lo que pueda ser, y después tomar decisiones. El Gobierno tiene la mayoría y la legitimidad para hacer propuestas unidireccionales, pero deberían ser conjuntas.
Que ya hayan pasado las elecciones de Andalucía y Asturias, y que no haya en el horizonte cercano más, ¿puede facilitar el consenso?

Podríamos haber hablado antes sin tener que contarlo públicamente, aunque no ha sido el caso. Que hayan pasado las elecciones puede servir para que nos centremos en los problemas de la sanidad española. Estamos a disposición del Gobierno para dialogar, siempre que sea sin condiciones previas.

En ese diálogo imagino que será inevitable hablar de gasto farmacéutico. Si el PP apuesta por el catálogo gallego y el PSOE por la subasta andaluza, parece que no va a haber acuerdo nunca, ¿no?

Primero no creo que el PP proponga eso. La idea del catálogo gallego, incluso como la expresa el presidente Feijóo, de que ante dos fármacos iguales no se pague el de más precio, ya se ha resuelto con la decisión del Gobierno del PSOE de extender la prescripción por principio activo, y pensando en el medicamento de menor precio. No creo que la cuestión sea esa, ni nosotros vamos a poner que si no se hace la subasta no hay alternativa. Pensamos que la subasta es una buena alternativa, no porque la haya propuesto Andalucía, sino porque puede hacer que algunos medicamentos que tienen muchos proveedores en el mercado, si hacemos que compitan para que queden menos se conseguirá mejor precio. Pero si ellos tienen otras propuestas las podremos estudiar, no hay problema en ese sentido. Cuando digo que es sin condiciones previas, podemos hablar de todo.

¿No cree que esos recursos contra el catálogo o contra la subasta contribuyen a esa imagen de que no se aceptan las propuestas sanitarias de otros partidos políticos?

Eso es lo que hay que superar. Feijóo sigue atribuyendo el ahorro al catálogo, y no es verdad. Un medicamento que pasó en agosto de costar 100 a 70 en España, ese ahorro es cosa de las iniciativas del PSOE, pero no vamos haciendo bandera. Lo que hace el señor Feijóo, pensando probablemente en las elecciones, es atribuirse todo el ahorro como si fuera del catálogo. Estaría bien que no hubiera politizaciones. Yo creo que la medida que en su momento adoptó Galicia era inconstitucional. Lo digo como creo, y creo que la de Andalucía no lo es porque corrigió algunos de los posibles problemas que hubiera podido tener. No soy un experto jurídico, pero creo que es así. Pero hay que pasar página, hay que centrarse en una serie de medidas, pero no solo farmacéuticas.

Precisamente Feijóo ha propuesto que se pague en función de la renta. ¿Cómo lo ve?

Yo, que creo que el actual sistema no es perfecto, todo lo que sea que más gente pague no es el camino. Cuando en sanidad la gente se tiene que tocar el bolsillo estamos introduciendo riesgos para la salud de la gente, y lo digo como médico. Y un euro para una persona puede no ser nada, y para otro ser mucho.

De lo que soy partidario es de un concurso de medidas que conjuguen ahorro, eficiencia y más ingresos, y que impidan que tener que tomar decisiones a la hora de usar el servicio. Soy partidario de que la gente pague en función de lo que gana, pero no en función de su necesidad.

¿Es posible el Pacto por la Sanidad esta legislatura?

Catálogo gallego y subasta andaluza

Entonces el euro por receta no la ve adecuada. ¿Cree que puede ser extendida al resto de comunidades autónomas?

Nos tememos que puede ser extendida, incluso el Gobierno podría habilitar a las autonomías para que decidan si ponerlas o no, y eso puede ser muy peligroso. El otro día escuché al señor Montoro decir que la decisión sobre prestaciones y tasas es autonómica, y eso conlleva riesgos de desigualdad en el acceso al sistema. Deberíamos evitar eso, porque hay otras alternativas. La libertad de acceso al sistema puede ser criticada por un posible mal uso, pero también tiene la gran ventaja de que quien siente una enfermedad no encuentra ningún impedimento para asistir al médico.

El gasto farmacéutica supone cada vez menos dentro de los presupuestos, ¿desde la oposición ven otras vías para ahorrar?

En esto sí que tiene mucha influencia poner de acuerdo a las comunidades autónomas, porque a la hora de gestionar la calidad asistencial, la manera de organizar y prestar los servicios. Hay bolsas de ineficiencia y espacio para mejorar la calidad en el uso de los medicamentos en los pacientes crónicos polimedicados, por ejemplo. Pero no porque se gaste mal, sino porque a veces no se usan bien y causan problemas de salud a la gente que también conllevan un gasto. Ahí puede haber ahorro. La forma de organizar los servicios, dándole más autonomía a los profesionales, la forma de hacer las compras… Hay mucho dónde mejorar la calidad y la eficiencia, y es necesario un acuerdo con las autonomías y con los profesionales, que ellos saben mejor que nadie dónde están las bolsas de ineficiencia.

Desde la perspectiva del Gobierno de España, con sus competencias, tienes un ámbito más reducido de actuación, y uno de ellos es lógicamente el precio de los medicamentos. Cuando los gobiernos centrales buscan ahorros se centran en sus competencias. Y eso explica mucho de los que se ha hecho con el mundo del medicamento. Y otra parte que lo explica es el hecho de que la globalización hace que, centrándonos en los fármacos que pierden sus patentes, haya grandes ganancias potenciales de ahorro haciendo políticas de disminución de precios en aquellos medicamentos que han perdido su patente, que se fabrican con vistas a mercados internacionales, lo que provoca que hayan medicamentos muy baratos, que no significa que son malos. El problema es que la oficina de farmacia en España vive del porcentaje sobre el precio del medicamento, y cuanto más se baje más se resiente este sector, y debería haber una reflexión sobre el modo de pago a la farmacia, y eso debería entrar en el propio Pacto de la Sanidad. Habrá que ver cómo evitar efectos colaterales a la reducción en el precio de los medicamentos.

La situación de las oficinas de farmacia es límite, como la de otros proveedores. ¿Confía en el plan gubernamental de los créditos para pagar a las facturas pendientes?

Espero que sí. En el caso de las oficinas de farmacia, el PSOE, y yo especialmente, me voy a dedicar a que la farmacia esté en la agenda política, porque nuestro modelo de farmacia, en la mayor parte del territorio español, es una red de farmacias rurales y aisladas, que necesitan una protección. Y hay que pagarles lo que se les debe y pagarle al día, porque si no le estamos dificultando el acceso a los fármacos a los ciudadanos. Además, el farmacéutico tiene que tener un protagonismo especial en uno de los grandes problemas del sistema sanitario, que es el mal uso a veces de los medicamentos por parte de los pacientes polimedicados. También los médicos y los enfermeros, claros.

¿Y qué opina de la posibilidad de desfinanciar fármacos para patologías menores?

No somos partidarios de desfinanciar medicamentos, porque eso de los síntomas menores es un poco un eufemismo, porque para muchas personas un ibuprofeno es muy importante para su tratamiento. El problema es que si desfinancias medicamentos, por el sistema español, significa que ya no tiene precio intervenido, por lo que tienen precio libre. ¿Y quién me va a decir a mí que no es cierto lo que voy a decir ahora? Si, por ejemplo, desfinancian el paracetamol, y ahora encuentro una caja a 0,80 céntimos, quién me dice a mí que mañana nos va a costar 5, 4 o 10 euros. Es poner de nuevo al bolsillo del ciudadano a solucionar problemas de salud. Hay otras alternativas, insisto.

Las fórmulas de colaboración público-privada, que ya se han puesto en España en diversas autonomías, parece que tienen futuro, por lo que han anunciado desde diferentes gobiernos autonómicos. ¿Cómo lo contempla el PSOE?

Primero debemos decir que no estamos para nada en contra de este tipo de colaboración, y hay experiencias muy buenas en los últimos años, como la provisión de hemodiálisis. De lo que somos contrarios a que no haya criterio de control sobre esa relación. Creo que debe haber garantías de calidad, y cuando un paciente es atendido a través de un servicio de colaboración público-privada tenga las mismas garantías de calidad que en uno solamente público. Habría que formar esas garantías, dar un paso. Segundo; creo que debe haber absoluta transparencia en las relaciones comerciales. Y hay dudas en varios casos de cómo se ha hecho. No digo que no se haya hecho bien el contrato entre el proveedor y la Administración, sino que hay otros elementos de la gestión, como aparcamiento, gestión, etc., y parece que no es transparente, porque no sabemos qué estamos pagando por cosas que antes se hacían exclusivamente en el ámbito público. Y tercero, garantía de evaluación pública, que yo creo que hay que extender a los servicios de provisión puramente pública.

Con estos tres puntos estaríamos todos tranquilos cuando una Administración opte por este tipo de colaboración, tanto desde el punto de vista de la salud, como desde el punto de vista del bolsillo de los ciudadanos. Es una exigencia democrática, y pedimos introducir novedades normativas en la Ley 15/97, no para prohibirla colaboración público-privada, sino para hacerla más segura.

El PSOE en los últimos meses habla de un desmantelamiento del Estado del Bienestar, ¿estamos realmente ante ese peligro en esta misma legislatura?

La dificultades que tiene el SNS derivan de recortes de derechos y de prestaciones, y el tema de la colaboración público-privada lo que pone son ciertos nubarrones. Sí creo que hay un riesgo de que, sin desmantelar derechos de los ciudadanos de manera radical, se aproveche la crisis para hacer negocio con la sanidad en el peor sentido del término. Y que no se interprete mal, que entiendo que es buena la colaboración público-privada y que el que la presta debe ganar dinero, faltaría más. Creo que no se dan las circunstancias para decir que la mejor manera para hacer nuevos hospitales es con la colaboración público-privada. En algunos casos puede ser que sí, y en otros que no. Pero repito, que no tendría cautela ir en este sentido si se dieran cuentas de lo que se hace.

Tampoco hay que olvidar que en el PP no todo el mundo piensa igual, ni todos los gobiernos autonómicos que controla son iguales. Es comprensible que haya ciertas dudas en cuanto a la relación con la sanidad privada.

Entrando ya más en un apartado propio de la estrategia sanitaria del PSOE, en las últimas fechas se han intensificado los contactos con los representantes de los profesionales. ¿Es la voz y la opinión del profesional una de las bazas que quiere jugar el Partido Socialista?

Partimos de la base de que estamos en la oposición, pero que queremos volver a gobernar, y está claro que queremos conectar con la sociedad y con sus aspiraciones. En el caso del sector sanitario, y para asegurar la sostenibilidad del SNS, el contacto con sus profesionales es obligado. Además, Trinidad Jiménez y yo estamos especialmente ocupados en no perder ese contacto que durante años hemos mantenido con ellos, seguir contando con su punto de vista, darles el nuestro, y buscar sinergias útiles. Si finalmente llegáramos a un Pacto por la Sanidad, ellos son parte indispensable.

En el horizonte los profesionales adivinan reformas laborales, aumento de jornada…

Son medidas que no se adoptan exclusivamente por el sector sanitario, y en ese sentido nuestra posición es que el Gobierno se ha pasado mucho con la reforma laboral. Veremos si en el trámite que queda rectifica algo. La derivada que eso tiene en el ámbito sanitario tiene que ver con más horas de trabajo, con la congelación de las plantillas, y creo que debería haber más diálogo con los sindicatos profesionales, con las organizaciones profesionales y con los profesionales. Después de 25 años trabajando en el sector sanitario, también desde el punto de vista político, creo sinceramente que este es el mejor momento de predisposición de los profesionales hacia la sostenibilidad del sistema público de salud. No hay otra vía que el Pacto y la autonomía de gestión, y hay que aprovechar la oportunidad. Y esto es algo que nosotros vamos a aprovechar en el diálogo que tiene que abrir la subcomisión parlamentaria del Pacto. El enfoque que está dando el Gobierno en el plano laboral no debería ser el mismo para el ámbito sanitario, ahí se está equivocando.

También hay que ver que se está negociando en muchos casos autonomías por autonomía, y las dinámicas autonómicas muchas veces no tienen nada que ver entre ellas, ahí está la carrera profesional. Hay que procurar aprovechar el momento para coordinar la respuesta, respetando competencias.

Para finalizar, y después del resultado cosechado por el PSOE en Andalucía, que le permite seguir gobernando, esta vez recurriendo a la coalición de IU, ¿se ve como consejero de Sanidad de su comunidad autónoma?

No me planteo nada de futuro que no dependa de mí. Ahora mismo estoy de portavoz de Sanidad del PSOE en el Congreso de los Diputados, algo que para mí es un honor. De lo más positivo que he vivido recientemente en la política es haber podido irme del ministerio con una fecha calculada, porque era incompatible con ir en las listas electorales, y haber salido con cierto reconocimiento general de aquella etapa, con aciertos y errores, y el que me hayan elegido número uno en mi provincia, y ahora la portavocía. De lo demás no puedo ni debo hablar. En política nunca puedes decir lo que va a pasar.
 

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