María Márquez / Imagen: Adrián Conde. Madrid
Coste-eficiencia es uno de los conceptos que más han escuchado los parlamentarios integrantes de la Subcomisión de Sanidad del Congreso en la última reunion. Tanto Ana Sánchez como los expertos en Economía Jaume Puig-Junoy y Juan Oliva, han puesto de relieve la necesidad de que las autoridades primen este criterio en la financiación sanitaria. La industria farmacéutica, representada por Elvira Sanz, ha puesto el acento en la necesidad de encontrar lugares comunes donde la innovación no sea relegada pese al ajuste presupuestario.
Ana Sánchez, escéptica ante un cambio de rumbo sanitario
Ana Sánchez, consejera de Efficientia Clinical Management y directora de la oficina técnica para la puesta en marcha del nuevo Hospital de Vigo, ha expuesto a los parlamentarios su fórmula para conseguir la sostenibilidad del SNS. Una receta clara que incluye varios elementos. Entre ellos, centros sanitarios “con personalidad jurídica propia”; personal que “no puede ser” funcionario; financiación capitativa, en un marco, según sus palabras, “de libre elección”; y “asunción de responsabilidad de los individuos, tanto a nivel económico como de autocuidados y prevención”.
Por otro lado, Sánchez se ha mostrado escéptica ante un futuro cambio en el SNS ya que “no existe el respaldo político” necesario.
Puig-Junoy: no hay reforma sin financiación selectiva
El profesor del Departamento de Economía y Empresa de la Universidad Pompeu Fabra (UPF), Jaume Puig-Junoy, ha reflexionado sobre los copagos y la necesidad de ir hacia “una selección efectiva” en la financiación de nuevos medicamentos guiada por el coste-eficacia, tal y como tiene lugar, tal y como apunta, “en toda Europa”. La clave, en su opinión, es sencilla: aprender de los países de la UE que aplican estas fórmulas. El profesor de la UPF apuesta por “copagos más inteligentes” no aplicados a tratamientos muy necesarios, como es el caso de los crónicos. En cuanto a la ausencia de la izquierda parlamentaria, ha lamentado que sea una “Subcomisión a medias” y que los partidos no dejen a un lado sus diferencias políticas a la hora de “discutir la sostenibilidad del servicio público que los ciudadanos consideramos más importante y que utilizamos con más frecuencia”. El "gratis y para todos", que caracterizaba al SNS antaño es, tal y como explica, “sentencia de problemas y dualización segura”. Sin embargo, no valora de forma muy positiva la reforma sanitaria contenida en el Real Decreto 16/2012. “Se han desarrollado unos apartados en detrimento de otros; no hay voluntad política para implantar la financiación selectiva y tener en cuenta el coste-efectividad de nuevos tratamientos, la clave de la sostenibilidad”, ha criticado.
Farmaindustria quiere un marco de colaboración con el Gobierno “más predecible”
La presidenta de Farmaindustria, Elvira Sanz, ha trasladado a la Subcomisión la importancia “del valor" que aporta este sector "en términos de salud y mejora económica”. Preocupada de forma especial por el debate sobre el gasto farmacéutico y el acceso a los medicamentos innovadores, Sanz ha manifestado la necesidad de que se establezca “un entorno predecible, en un marco más reglado, para trabajar de forma más sencilla”, así como de “un ámbito más vertebrado dentro del país, con menos diferencias regulatorias entre comunidades autónomas”.
Por otra parte, preguntada por la relación actual de la patronal con el Ministero de Sanidad, ha agradecido la relación “de puertas abiertas” iniciada por la ministra Ana Mato, y que permite a Farmaindustria celebrar reuniones mensales para “trabajar en objetivos comunes”.
La Asociación de Economía de la Salud apuesta por la gestión pública
El presidente de la Asociación de Economía de la Salud, Juan Oliva, considera que hay varios canales para “mejorar” el actual sistema sanitario. Desde la financiación basada en el coste-eficiencia, tanto en el ámbito farmacéutico como en los proveedores (supeditándola a “resultados en salud”), a desarrollar la coordinación sociosanitaria o diseñar “políticas de salud públicas” en otros ámbitos (educativo, fiscal, política energética…). Todo ello, partiendo de la defensa de la gestión pública frente a la privada, argumento que Oliva avala en el hecho de que “tras dos décadas experimentando, los responsables jamás han considerado oportuno valorar la gestión privada de servicios públicos, y tenemos que irnos a casos de Reino Unido y Suecia”.
En cuanto a la posible reorientación del SNS, se muestra escéptico no solo porque el pacto político “está muy lejos” sino también porque la relación de los gobiernos regionales con el profesional sanitario se está revelando, según Oliva, “muy dispar”.
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