José Manuel García-Margallo, ministro de Asuntos Exteriores, y Soraya Sáenz de Santamaría, vicepresidenta del Gobierno, aplauden a Mariano Rajoy, presidente del Gobierno, tras su discurso.
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María Márquez. Madrid
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, no ha dedicado ni una sola línea al Sistema Nacional de Salud en su intervención inaugural en el Debate del Estado de la Nación. El desempleo, la recuperación del déficit, las pensiones, el sector empresarial, la corrupción y el debate territorial del Estado han sido los ejes de su intervención.
Orgulloso en líneas generales de su gestión (“por duro que resulte, este es el camino a seguir”), especialmente por haber evitado el rescate europeo, el presidente del Gobierno no ha mencionado la sanidad como tal sino solo de refilón ha apuntado el logro del Ejecutivo por “mantener los servicios sociales y básicos”. Única alusión en más de 90 minutos de discurso centrado en la lucha contra el desempleo (“eje principal de nuestra actuación”) y en anunciar, entre otras cuestiones, que el déficit en 2012 se ha situado por debajo del 7 por ciento del PIB.
La única cuestión relacionable con el ámbito sanitario ha sido la referente al pago de proveedores y las cantidades dedicadas el pasado año a esta práctica (27.000 millones de euros de los 60.000 millones destinados a autonomías y ayuntamientos) y las que se destinarán en el ejercicio actual, 2.700 millones de euros para facturas “previas” a 2012. Por otro lado, ha anunciado la transposición de la directiva europea orientada a atajar la morosidad en operaciones comerciales, y que establecerá de 30 a 60 días como máximo el plazo de pago para las empresas. Rajoy ha dedicado sus últimos minutos a reprochar la gestión de su antecesor en La Moncloa, responsabilizando al ejecutivo de Rodríguez Zapatero de “haber perdido tanto el tiempo” y no actuar forma similar “al resto de países europeos”, entre los que ha destacado a Alemania y su reforma estructural iniciada en 2004. |