Artur Mas y Oriol Junqueras.
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Eduardo Ortega Socorro
Tras no tantos tira y afloja como se podía haber esperado, Convergencia i Unió (CiU) y Ezquerra Republicana de Catalunya (ERC) han llegado finalmente a un acuerdo para que Mas reciba los votos del partido dirigido por Oriol Junqueras en el pleno del Parlament y que ha terminado con la investidura del líder de CiU como reelegido president de la Generalitat catalana.
Para ello, ambos líderes han firmado el Acuerdo para la Transición Nacional y por Garantizar la Estabilidad Parlamentaria del Gobierno de Catalunya, en el cual, además de garantizarse la convocatoria de una consulta soberanista en un futuro cercano (según medio de la región, posiblemente en 2014), los partidos han pactado evaluar en el euro por receta “la exención de nuevos colectivos y el establecimiento de nuevos topes (actualmente fijados en 60 euros al año) de aportación total en concepto de euro por receta, proporcionales a la renta del usuario de la sanidad pública, de manera que se alcance más progresividad”. Hay que recordar que ERC es una formación que siempre se ha mostrado contraria a la medida, y que el Gobierno central ha anunciado que la demandará ante el Tribunal Constitucional.
Eliminación de la ineficiencia económica
Pero no es este el único acuerdo al que han llego ambos grupos en materia sanitaria. También indican que se abordarán “reformas estructurales en el sistema de salud para eliminar las causas que generan ineficiencia económica y que no supongan renuncias al principio de gratuidad y universalidad en lo esencial” en el Servicio Catalán de Salud (Catsalut) en el Instituto Catalán Salud, cambios a los que se les hará un seguimiento. Asimismo, por la complejidad que supone el sector, CiU y ERC también han acordado la creación de un grupo de trabajo específico para abordar las cuestiones sanitarias, una medida que también se ha abordado en otros ámbitos. El documento incluye, además, la introducción de “un gravamen sobre las bebidas de refresco con exceso de azúcar, por razones de salud, que afectaría principalmente las grandes distribuidoras de bebidas”.
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